El trompo es más que un simple juguete: es parte de nuestra identidad cultural, un recuerdo de la niñez que ha pasado de generación en generación en los barrios, calles y escuelas de Ecuador y de muchos países de Latinoamérica.
Fabricado tradicionalmente en madera y con una punta metálica, el trompo se acompaña de una cuerda que, al enrollarse y lanzarse con destreza, lo hace girar sobre el suelo. Lo que a primera vista parece sencillo, en realidad es un arte lleno de técnica, paciencia y práctica.
Durante décadas, el trompo fue uno de los pasatiempos favoritos de niños y jóvenes, un juego que reunía a amigos en las veredas para competir, compartir y demostrar sus mejores trucos. Con el paso del tiempo y la llegada de la tecnología, esta tradición se fue perdiendo, pero aún late en la memoria de quienes lo vivieron.
Con este video busco rescatar la magia del trompo, revalorizarlo como símbolo cultural y mostrar que, incluso en la era digital, estos juegos siguen teniendo un lugar importante. Quiero inspirar a nuevas generaciones a descubrirlo, aprender sus trucos y mantener viva esta costumbre que une a chicos y grandes.
El trompo no es solo un juguete: es un puente entre el pasado y el presente, una forma de recordar que la diversión también puede ser sencilla, creativa y llena de tradición.
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